Ubicados en la puerta del sur a Madrid, esta zona recibe el nombre de Atocha desde el s. XIX. Aquí terminaba el Camino Real de Alicante, con carros cargados de cáñamo que llegaban a la capital desde la zona levantina, dónde se cultivaba dicha fibra en parajes conocidos como “atochales”, plantas utilizadas en la España de la época para hacer sogas o esteras.
Vecinos del ministerio de Agricultura y Pesca; joya arquitectónica de Ricardo Velázquez Bosco, el local se sitúa en el llamado “triángulo de oro”, formado por los tres museos más relevantes de la villa, a un paso de las Cortes, la Cuesta de Moyano, con el Jardín Botánico y el Parque del Retiro a dos pasos. Así encajó nuestra solera y nuestra ya emblemática fachada, en este escenario tan pintoresco del Madrid histórico.